Los amores de mi vida


Pienso en él, y me sale la sonrisa estúpida. Me pongo de buen humor, y el sol brilla de forma más intensa. Toda mi ropa me queda bien, y la gente me mira por la calle. Porque soy feliz. Estoy radiante. Y lo único que he hecho es pensar en él. 

Él, que tiene los ojos marrones más bonitos del mundo... Espera, espera. ¿No los tenía verdes? Sí, juraría que eran verdes. O quizás no. ¿Y era moreno o rubio? Me suena cierto pelirrojo... Pero no, debía ser moreno, yo soy de morenos. En fin, qué más dará el color de su pelo. 

Recuerdo que me enamoré perdidamente de sus ansias de viajar. Él era el de los ojos azules, seguro. Pero era otro el que me enamoró con su forma de mirarme, su tez morena y esa conversación sobre aquello que nos apasionaba a ambos. Aquello que he olvidado, porque a medianoche, las conversaciones con chicos guapos siempre son apasionadas, sean del tema que sean. Y no era él el que me enseñó a sentirme segura de mí misma. Este tenía el pelo largo y las manos aún más largas. Y los labios más apetecibles del planeta. Le recuerdo con varias bandas sonoras. Y recuerdo unos ojos marrones, y otros azules, ojos en los que jamás veré reflejada mi mirada intensa, ojos que nunca sabrán que suspiro por ellos. Ojos que sólo verán que sonrío al verlos, pensándome inocente. No sabrán que soy feliz simplemente sabiendo que existen, porque a veces, no hace falta más. ¿Quién habla de amores correspondidos? Hablo de amores platónicos. Amores divertidos, mis amores. Miles de amores, que me entretienen y me hacen feliz. Algunos reales, algunos inventados. Amores que me hacen ser mejor persona, amores con los que sigo en contacto. Amores que me han marcado, poquito, pero lo han hecho. 

Hablo de ese chico que tenía el pelo de fuego, y una pasión que le hacía juego. Hablo de mi ese amigo, ese amigo que nunca sabrá que... por qué no, es uno de mis mayores amores. Desde dos frentes diferentes. 

Perdonadme, pero es que me divierto tanto enamorándome en el metro...

Ana 'Uala'