Seguimos luchando


A todo aquel, que intenta vender eso de... 'El día de la mujer son todos, no sólo hoy'.

A ti. 

Me cabreas. Y mucho. El día de la mujer no son todos. De hecho, el día de la mujer tampoco es hoy. Porque no hay día de la mujer. No hay ningún día de la mujer. No hay ningún día exento de injusticia, de violaciones, de opresión, de desigualdad enterrada en tradición.  No hay ningún día que la mujer pueda salir y ser libre, simplemente porque ha nacido mujer. 

Hoy, hoy no es nuestro día. Hoy es un simple recordatorio. Hoy es un espacio que se nos concede para calmar el ego de medio mundo, darle ese 'premio' por preocuparse de nosotras. Es un día que le recordamos al mundo que seguimos luchando... sin que nos llamen locas. 

Hoy, hoy todos son feministas. El día de la mujer son todos... Tú, hombre blanco, privilegiado, que lo único que tienes que hacer para no sentirte culpable es no hacer nada. Ayudar un poco en las tareas del hogar (porque eso es un favor, no una obligación, como todos sabemos). Porque por suerte o por desgracia hemos nacido en la parte del mundo donde las injusticias que se cometen no te escandalizan. Son simples estadísticas. Una de cada 6, una de cada 3, una mano levantada, un cuerpo sin vida. Eso ocurre lejos, yo no lo hago. Yo soy feminista, creo en la igualdad, trato bien a mis amigas. Machismo es esos hombres tan lejos que se casan con niñas de cuatro años, o lapidan a sus mujeres violadas. 

Y una mierda. 

Si cada día fuera el día de la mujer, actuarías. La mitad de tus amigas han sido acosadas a lo largo de su vida, y seguro que no tienes ni idea. Acoso no significa violada en un callejón, cuello degollado. Significa ser perseguidas por la calle. Ser arrinconadas en el bus. Ser besadas sin quererlo. Gritadas, convertidas en objeto por unos segundos. Han caminado con miedo en una calle oscura. (Y en tu cabeza, ahora, lo primero que ha pasado es... Bueno, normal. No. No es normal caminar con miedo. Por muy oscura que esté la calle). 

No te pido que defiendas a tu madre, o a tu hermana, o a tu prima o amiga. Te digo que defiendas el derecho que tenemos como seres humanos. Porque yo no soy hija de, hermana de, madre de. Esa no es la única razón por la que debieras defenderme. Soy persona. Y esto tendría que ser suficiente. 

Me dirán que no me queje, que yo tengo suerte. Pero no, no me conformo. Mal de muchos, consuelo de imbéciles, y no porque yo tenga suerte de haber nacido en una sociedad que 'respeta' los derechos humanos, al menos en papel, voy a estar agradecida. No hay que estar agradecido por lo que debería concedérseme por haber nacido. 

Lucho, cada día, por ser libre. Por hacer entender que soy igual a ti. Con mis dudas, mis emociones, mis derechos y mis libertades. Que quiero poder decidir sobre mi cuerpo. Tener acceso al mismo pago salarial que tú. Quiero no tener la presión de una sociedad de cumplir con el ideal de madre, de familia, de feminidad. Como tampoco quiero que tú tengas que cumplir el de padre, el de familia, el de masculinidad. Quiero no ser llamada loca cuando hablo de injusticia, y que tú puedas llorarlas sin avergonzarte. 

Porque quejarme no significa acusar. No acuso. Grito, grito al cambio. Y que tú me ayudes a conseguirlo. 

No sólo por nosotras, que al menos tenemos la posibilidad de alzar la voz. Pero por todas aquellas mujeres que son calladas, cada día. Por las mujeres que luchan no por mejorar su calidad de vida, si no por la opción de tener una. Por todas ellas. Por.Todas.Ellas.

Sueño con el día que no tengamos que celebrar el 8 de marzo. Significará que no hay que recordar que la vida de una mujer es lucha desde el día que nace. 

Mientras, seguiremos luchando. 

Ana 'Uala'


Caracol

Mi móvil, un libro, cuatro monedas y unos pendientes. Mi cacao de labios, algunos tickets arrugados... quizás un pintalabios. Seguro, una botella de agua. A veces, una llave. Últimamente, insulina.
Abro los ojos, y es a lo primero que llega mi mano. Mi mesita de noche. Miro la hora, y me fijo con quien estoy compartiendo despertar. O con quien he compartido sueño, que normalemnte soy la primera en abrir los ojos. Soy impaciente para lo que tiene que llegar.

Esta mesita de noche, esta, es hogar. Esta mesita de noche la encuentro esté donde esté. Mi mochila es hogar. Mi falda gitana es hogar. Mis converse rojas son, definitivamente, hogar. Despertarse cada mañana y hacerse un café, es hogar.

Ver el mundo desde arriba, es mi hogar favorito.

Pero las personas, las personas son el mejor de los hojares

¿Cómo se llama a la sensación que te llena de calor al conocer personas que se quieren? Personas que son amor, son hogar, son faros en días de niebla.  Personas que son hogares con brazos abiertos, sonrisa genuina, sin control de pasaporte y sin fronteras.

Hace 365 días, recibía el 2015 con un cielo verde, personas más verdes aún, y una luz que lo iluminaba todo. Nunca llegué a ver de donde venía, aunque algunos juraron que de muy dentro del corazón. Con ganas de volar, así llegó el 2015.
Este año, el cielo era azul, una escala de azules con el mar. Y rojo, este año empieza con rojo. Rojo amor, rojo hogar, rojo calor, rojo pasión.

Este año, volando.

Como me dijo una amiga muy sabia... 'uno siempre vuelve a los lugares donde amó la vida'.

Así, el día que te caigas, sólo tienes que volar. Volar a cualquiera de tus hogares. Volar a donde amaste la vida.

Ana 'Uala'