Abrir la mente


El mundo... El mundo es un lugar maravilloso, lleno de gente buena, gente interesante, gente mágica. Incluso aquellos que pensamos que son malos, en realidad no son más que personas que han sido educadas para sentir así, querer así, matar así. 

Se me revuelve el estómago al recordar y al ver atrocidades que hace la gente. Ves como destruyen su entorno, su vida, su alma. Lo destruyen inconscientes, convencidos de estar haciendo aquello que deben. Lo correcto. Convencidos que no existe nada más allá de esa acción. Pegan, queman, matan. Deconstruyen siglos de humanidad. (A veces, simplemente confirman siglos de humanidad. Las cosas cambian a ritmo de caracol en vacaciones... Pero cambian).

Y aunque a arda en mi interior el deseo de simplemente borrar del mapa a estas personas... ¿Cómo no compadecerles, aunque sea un poco? ¿Cómo juzgar a unas personas que no tienen la suerte, el PRIVILEGIO de haber abierto su mente? ¿Cómo no querer ayudarles, o al menos, intentarlo? 

Cuando veas una persona así... Sé firme. Sé muy firme. Es difícil perdonar, es difícil entender. Pero inténtalo. Pídele sus zapatos y camina, camina, pasea, piérdete y entiende. Entiende lo que es tener tu mente cerrada, estar enjaulado en radicalidad, no saber la felicidad de la duda, de esa chispa que ilumina tu mente cuando te das cuenta de que algo puede ser diferente a como tú lo veías.

Son personas que no saben debatir, no saben conversar, no saben ver a las personas, y sólo ven estereotipos paseando por las ciudades, catalogándolos en dos columnas: aceptables o no. 

Y cuesta, y duele, y las lágrimas de rabia son imposibles de contener. Pero hay que hacerlo. No hay otra forma de enseñar que haciendo. 


Ana 'Uala'


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