Flores, estrellas, y otras maravillas



Hay fotografías que dicen tanto, tanto, tantísimo.

Ésta, por ejemplo. Pruebas, corazones, estrellas y conversaciones a medianoche con desconocidos. Sentir la felicidad en el pecho, el silencio en el alma, la compañía en el corazón, y la maravilla en los ojos. Ver corazones en ventanas, deseos en estrellas, y compañía en afición. Encontrarse, sin quererlo, con alguien con unas inquietudes similares.

-Hace frío... Sí, deberíamos bajar... Bien, buenas noches...

Se oye la puerta cerrarse, y tú, en otro país, en otro mundo, en otro cuerpo, coges la cámara, y vuelves al cielo.

-¿Pero no te habías ido a dormir?
-¡Tú también!
-Le he prometido a una amiga una foto de las estrellas...

Y así, investigas, te conoces, te ríes. Compartes tus secretos, tu felicidad, con una sonrisa de perfil.

Haces nuevos amigos. Amigos. 

Es fuerte, ¿no creéis? Tardas años en abrirte con las personas a tu lado. Sin embargo, en una semana, dos días, tres. En unas horas, tienes a una persona a tu lado que nunca olvidarás. Que te ha cambiado, que te ha enseñado. Que has sido feliz junto a ella, que sabe alguna de tus manías.

-¡Va, no estés triste!
-No estoy triste.
-Realmente tenías ganas de ver [las curtiderías], ¿verdad?
-Es que debe ser tan hermoso...
-Eso no lo sabes, porque no lo has visto.
-Tampoco he visto muchas cosas, y sé que son hermosas.
-¿Por ejemplo?
- El polo norte, con osos polares y focas nadando ¿Te imaginas? Icebergs enormes. El amazonas. La puesta de sol en la sabana. [Insertar aquí todas las maravillas que uno quiera ver]
-No deberías estar triste. Mírate, tienes tantas cosas por hacer, tanto por ver. Deberías ser feliz porque te queda tanta cosa bonita por ver...

El mar azotando con violencia rocas teñidas de naranja amanecer. El silencio de la ausencia de turismo en un templo sagrado. Los colores que no se dejan atrapar por el objetivo. La complicidad de un paseo -uno por el camino, otro por las rocas.

Que se mezclen edades, convertidos por una noche, en nómadas del desierto. Conocer a nómadas del mar, entre dunas y fuego. Tres culturas, ¡tres!, que crece con el nombre de Ted.

Felicidad en una furgoneta atravesando las gargantas de siglos de antigüedad.

El grito anónimo de amigos en el tiempo.


Ana 'Uala'


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