Una vida


Tanto por hacer, y tan poco tiempo para hacerlo. Pero volvamos a Einstein y su relatividad, y la idea de que si queremos, tenemos tiempo para todo.

Hoy iba a escribir sobre cierta persona, pero debido a lo especial de la ocasión, la voy a cambiar por otra cosa. Una emoción.

Estaba pensando en todas aquellas personas que han sido portadoras de buenas noticias. Siempre me ha sorprendido aquello de matar al mensajero que trae malas nuevas. Típico que ves y piensas... Naaaa, como va a ser eso posible. Sin embargo... Cuando tu mejor amigo te dice que has aprobado esa asignatura, ¿verdad que saltas de alegría y le plantarías un beso que le dejarías tonto?

En realidad, viene a ser lo mismo.

Pues me estaba acordando de personas que te han dado noticias -hablo de las relacionadas contigo- que te han hecho feliz. Noticias como, por ejemplo, el mencionado arriba. O la amiga que te dice que ha venido el chico que te gusta. O la que te dice que mañana es fiesta, y no hay que ir a clase, o a trabajar. O el amigo, que en clase, te dice que te han dado la plaza para irte a estudiar fuera.

Amigos, anónimos o no, que te dan alegrías. Portadores, casuales, de felicidad. ¿Sabéis qué me pasa con ellos?

Que son la parte que más recuerdo de esa felicidad. Sus caras, su tono de voz, su expresión. Las palabras que salen de su boca. El silencio de después. Ese silencio que sólo oyes tú, mientras aumentan los latidos de tu pecho.

Portadores de buenas noticias. Carteros eternos de felicidad,

Ana 'Uala'

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