Plou i fa sol


Momentos enfrentados.

Me encantan. Cuando no sabes qué pensar. Te arrastran pensamientos estúpidos y no tan estúpidos. Odias y despotricas sobre lo que en realidad no te importa. Contradices pensamientos con los que estás de acuerdo. Te torturas echando de menos a amores imposibles. Aguantas un poquito más un sufrimiento que sabes inútil - total, para lo que queda...

Decir una cosa, pensar otra y hacer una tercera. Comportamiento humano donde lo haya. No saber lo que queremos y saber exactamente lo que no queremos. 

No querer hacer nada, y cuando estamos incapacitados, sufrir porque desearíamos estar haciendo. 

En fin. 

Hablemos, pero, del momento en el que estos sentimientos encontrados encuentran una paz momentánea. En el que asumes que somos así, complicados de la forma más simple que existe. Porque es así: todo es difícil. Es difícil expresarse, es difícil explicar, y es muy, muy, muy difícil pensar. Pero hay una cosa simple. Es simple, muy simple, ¡simplísimo! sentir. Sientes en el estómago, en el pecho, en la cabeza, en los brazos e incluso a veces con las rodillas. Te desmayas, sonríes sin quererlos, te brillan los ojos y lloras a tu pesar. Perfecto, indudable, instantáneo. No lo sabes, pero lo sabes (lo intuyes, lo sientes, te lo dice un sexto sentido). 

Hay veces, sin embargo, y es la única dificultad que el sentir acarrea, que confundimos sentimientos por palabras, sentimientos por costumbre, sentimiento por deseos. Confundimos lo que queremos con lo que somos y con lo querríamos ser. 

Es nuestra obligación aprender a separa esos papel enfrentados. Quizás de esa forma todo se vuelva un poquito más fácil. 

Aunque tal vez sea todo mucho más intenso si tenemos que seguir laberintos para conseguir nuestro objetivo. Nunca un paisaje recto, plano y sin relieve fue hermoso. 

Ana 'Uala'


No hay comentarios:

Publicar un comentario