Veranos de amor


Volveremos a encontrarnos cuando florezcan de nuevo los naranjos. Imágenes de colores recorrerán nuestra memoria, dibujando gestos y miradas que tal vez no vimos, pero intuimos entre despistes. Recordaremos besos que nunca nos dimos, y bailaremos aquella balada, a nuestro ritmo, una y otra vez. Aquella balada, que nos unió bajó las estrellas en una noche de verano. Aquella balada, que se acabó con un buenas noches, pero continuó en sueños con finales más felices. 

Nos encontraremos para recordar todo lo que no fue. Mentira, todo lo que fue, pero en nuestra mente. Me recordaré, de espaldas, durante ese atardecer que rompía el abanico de colores. Me recordaré, de espaldas al sol, recortada en negro mi silueta, siendo hermosa para ti. Me acordaré de tu tristeza por no acunar al sol con mi sonrisa. Y yo te volveré a esconder que el atardecer más bonito de mi vida, lo he visto reflejado en tu mirada. Me perderé en la profundidad de tus pupilas, y encontraré la salida con la pícara sonrisa de la luna. 

Inventaré mil historias que quedarán atrapadas entre el silencio de mis páginas. Pondré nombre a las calles que recorrimos, y el olor a las naranjas evocará tus dedos entre los míos. 

Naranjas que vimos de lejos, caricias que quedaron en ganas y callejones cuyos nombres no sabremos jamás. 

Historias inventadas, haciendo feliz a la misma persona, en el mismo momento, en el mismo lugar... Pero que hoy, ve el otro lado de la luna. 

Amores de verano que no llegan a imposibles. 

Ana 'Uala'


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