Y te visitarán tres fantasmas...


Navidades. Fiestas, para los menos creyentes. Estos días de semi vacaciones teñidos con una espíritu que me gusta creer que incluso los que no lo tienen, lo tienen (sé que no tiene demasiado sentido, pero no he querido usar etiquetas). 

Hay quienes vuelven a casa, como el turrón. Otros aprovechan para huir a lugares lejanos. Unos se esconden bajo el sol, y otros se exponen a la nieve. Luces, regalos, hipocresía, consumismo, comida, buenas acciones, alegría y amor. Muchísimo amor. 

Les comentaba a unas amigas que no me gusta que la Navidad sea una obligación vacía para querer, para desear lo mejor, para hacer regalos. De poco sirve querer dos días al año... 

De poco... que no es lo mismo que nada. 

Siempre pienso que a pesar de todo, a pesar de que pueda parecer hipócrita, falso, forzado... nunca está de más tener motivos para pensar en los demás. ¿Hay gente que necesita un empujón para ser bueno? Pues qué mejor empujón que el espíritu navideño. Llevas todo el año sin pensar en esa amiga que está lejos. Te la estoy recordando, así que escríbele una carta, deseandole felices fiestas y preguntandole qué tal está. ¿Hace cuanto que no ves a tus primos? Pues aprovechemos las navidaes para verles.¿No crees en las fiestas navideñas? Hay gente que necesita ayuda: es invierno, hace frío... Hay comedores sociales donde ayudar, abuelas que visitar, niños a los que entretener y caramelos que repartir. 

La felicidad nunca sobra. 

Me encantaría contaros la historia de alguna amiga con la que sólo me comunico en fiestas: pero os estaría mintiendo. Y hoy no quiero inventar historias. 

Que algo sea momentáneo, que sea típico, que sea pasajero... 

No lo hace menos real. 

Felices fiestas. 

Ana 'Uala'



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