Gestos significantes


Hace ya un tiempo -¡y cuánto ha llovido desde entonces!- hice mi primer viaje sola. Y no me refiero sola de físicamente sola: en el lugar de destino me esperaban amigos, compañeros y buenos anfitriones. Sola, en cuanto a libertad de movimiento. Podría ir donde quisiera, cuando quisiera. El tiempo dejó de existir, igual que el turismo y los destinos. Perderse estaba en la orden del día. Ponerse al día con viejos amigos, disfrutar, sentir y ver aquello que las guías no muestran -y si no, verlo desde otro punto de vista. 

Entre ciudades y amigos, tenía tiempo de recapacitar, pensar y rememorar cada instante. Saborearlo en momentos de tiempo expandido, ya que mientras ocurren, los momentos vuelan. 

Iba yo destino a... bueno, ¿acaso importa? Diré que fue un lugar que estereotipadamente tratan de poco amables y quisquillosos, pero mi recuerdo me demuestra lo contrario. Destino turístico, para daros una pista: la cerveza y el té están a la orden del día. 

En cualquier caso, viví una pequeña aventura inolvidable. Estando en la parada de autobús, con mi mochila -y sin maleta, que se había quedado gracias a la gestión del aeropuerto en Barcelona- y con un billete sin cambio, el conductor me dijo que podía pagar con tarjeta. Ocurría por ese entonces, que mi tarjeta no funcionaba con chip: a las innovaciones me adapto un pasito más tarde que la mayoría. Ya es decir que llevara tarjeta. Ahí empezó la amabilidad de ese señor: Don't worry, you can pay once we arrive. 

Le sonrío, le agradezco, y me siento cerca de su asiento para demostrarle que no es mi intención fugarme. Y así comienza un viaje de casi dos horas... entre pensamientos, recuerdos, sonrisas, palabras escritas y una banda sonora para la ocasión. 

Pero la historia no termina aquí. Termina... bueno, aún no ha terminado. Pero este episodio comienza y acaba en una parada de autobuses de diferentes lugares. Una vez en el lugar de destino, me acerco la última al conductor, y le digo: I'll be right back, I'm going to get some change. I can leave my bag if you... Me interrumpe con un gesto en la cabeza. Niega con la cabeza, y me hace un gesto con la mano para que me vaya: "just leave". Al principio no le entiendo... "Really? But..." Sonríe, y me vuelve a hacer el gesto. Vete, me dicen sus ojos, puedes estar tranquila. 

Me alejo, aún asombrada. No acabo de entender el porqué. Pero a veces, no hace falta entender. Sonrío, sin mirar atrás, y miro a dónde tengo que ir ahora. Pensando en la felicidad que un hombre, con un simple gesto con la cabeza, ha podido producir. ¿Qué le debió impulsar? No lo sé. Pero decidió saltarse las normas por una joven perdida. 

Y aunque nunca sepa ni quien es, ni dónde está, ni qué es de su vida... Bueno, hay una persona, a 1500km, sonríe al pensar en él. 

Qué cosas. 

Ana 'Uala'


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