La cosa va de música


Música. Música, música. No me cuesta admitir que a pesar de que la música sea esencial, y la vida sea más bonita con banda sonora, siempre he sido más del sentido de la vista que el del oído. 

¿Pero sabéis lo que me fascina de la música? Sus efectos. 

Pasión, la música tiene pasión. El sentimiento de la gente cantando una canción en un concierto. Las vibraciones, las notas atravesando tu alma; la letra, el corazón. Hace que la gente cometa locuras, llore, ría, sea feliz. ¿Os dais cuenta de la implicación? La música cambia estados de ánimo. 

En Momo, de Michael Ende, el tiempo, la vida, el todo está representado por la música. Una melodía personal, única, que el Universo te comunica exclusivamente a ti, si tienes la molestia de sentarte a escuchar el silencio. Sería demasiado largo copiar el fragmento del libro que habla de esto, pero de verdad, si tenéis la ocasión, hacedlo. Es -supongo que dependerá de la edición- más o menos en la página 128, y no tiene desperdicio. La vida, el tiempo.. compuesto de flores, colores, música y luz. Tanta sabiduría en tan pocas páginas. 

Pero sigo. Sigo con la historia de hoy. La historia de un grupo, que no importa el nombre, ni importa el origen... y mucho menos el destino. A veces les conoces de casualidad; otras, creces con ellos. 

Ese grupo, que para cada uno es diferente e insustituible. Ese grupo al que has ido a varios conciertos, cuyas canciones te ponen los pelos de punta. Que escucharles en directo te mueve tanto que hace que atravieses medio país. Ese grupo que compone tu vida en sus canciones. Que asocias a buenos recuerdos y cervezas en verano. A lágrimas y momentos duros. A sonrisas que asoman en esos momentos. Que son abrazos, gritos. Estar cogida de la mano de tu amiga, que no te la suelta, porque os estáis intentando comunicar con energía; y nada más. Porque todo es siempre tan y tan perfecto. Porque después de todos estos años, seguimos al pie del cañón. Porque abres los ojos ante un nuevo mundo en el que el miedo no existe. Y donde las cosas que suenan a triste se olvida, para dar paso a buenos recuerdos. 

Un grupo, que para cada uno es el que es, que a mi es el que hace tiempo que me dice, al oído, que las cosas son fáciles. Y los sueños se cumplen. 

Que la vida crece entre matices. Los que nos da la música, justamente. 

Esta es una historia poco definida, y al mismo tiempo, es de las más definidas que escribiré. Porque sé que mientras lees, recuerdas. Recuerdas esos conciertos. Esas aventuras con canciones de fondo. Esos besos ocultos en tu letra de canción favorita. Recuerdos con acordes. Que no hace falta que te describa una historia, porque tú tienes la tuya. Y no hay mejor que esa. 

Nuestro secreto mejor guardado. 


Ana 'Uala'

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