Seguimos en camino


¿Por qué será tan importante para el ser humano ponerse metas? Llegar hasta allí, alcanzar el fin del camino. Y sin embargo, le tememos tanto a nuestra propia finalidad en esta vida, que lo más probable sea ir a otra. 

Promesas que le haces al viento, metas que te impones. La satisfacción de llegar a Santiago. Por poner un ejemplo, digo. Pero...

El enfado de personas que ven que ellos han hecho más camino que tú, y les quitas mérito. ¿Para quién lo hacen?
Las fotografías del éxito en exposición, las filosofías efímeras de viaje que te hacen orador unos días. ¿Para quién lo haces?

Sí, por ti. Por tu esfuerzo, por tu capacidad de no abandonar, por tu decirlo y cumplirlo. Por razones propias, personales, únicas. Por diversión, por cambiar la rutina, por el paisaje. Qué importa. 

Entonces, dime tú, viajero... ¿qué te importa?

-He conocido a gente que ha hecho tramos en autobús... ¡Autobús! Y se llevan la concha igual...
-Vengo desde Austria... y hay personas que han empezado en Galicia mismo... No es lo mismo...

¿Qué tiene de diferente, dime? ¿Quién eres para decidir si tu objetivo tiene más mérito que el de otro? Eso es cosa privada, y no eres quién para decidir si tu esfuerzo vale más que el de otro. No lo olvides. 

Ser peregrino, ser peregrino implica todo lo bueno. Solidaridad, compañerismo, generosidad... Querer compartir con los demás, el esfuerzo unido, el saber ponerse en el lugar del otro. Te entiendo, he pasado por cosas similares. La felicidad de lograrlo. ¿El qué? Lo que quiera que te hayas propuesto. Las sonrisas de ánimo y las palabras amigas en parajes desconocidos. Incluso cuando no eres peregrina. Los ¡Va que queda poco! y los ¿Es bonito lo que viene?

Son preguntas difíciles de contestar. Increíble. 


Ana 'Uala'

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