La voluntad de Dios


Sobre dioses, moral y buena conducta. En una ciudad donde se llama a orar cinco veces al día, nadie ayuda a un cojo transportar un bidón de diez litros de agua. En la grabación de un videoclip, las dos personas más religiosas son las únicas que dejan sus cosas cerca de alguien que las pueda vigilar (de qué sirve tener fe en Dios, si no tienes fe en las personas, me pregunto yo... si es con las personas con las que convives...), personas echar del jardín de una iglesia a un mendigo, por estar deshonrando la casa de Dios...

Hay cosas que nunca llego a comprender del todo. Yo que siempre he sido más de sentir que del pensar, no me ha preocupado demasiado... Hasta que me doy cuenta que con el estómago no sé argumentar, y tengo que poner en palabras la indignación ante ciertas actitudes. Pero esto no me sirve. Mi cabeza no está diseñada para pensar, realmente. Se me traba la lengua, me olvido de cómo hablar, y salgo más cabreada que otra cosa, al no poder explicar aquello que me hace latir el pecho. 

Por lo tanto, vuelvo a los sentimientos, y decido explicar mediante acciones. O directamente no explicar, que dar explicaciones es de personas poco seguras. Hago, y espero que se entienda lo que digo. Mejor dicho, hago, y espero que se vea lo que digo. Ya que las palabras no dicen nada en mis labios. Así que decidí hacer lo que siento, y olvidar lo que pienso. 

Es haciendo que he visto el lado contrario. 

Un viejo, que nada tiene, que te invita a una cena por ese vaso de agua ofrecido. Dios me protege, por lo visto, según decenas de personas que he conocido y que me han sometido a Su voluntad. Personas que te ayudan con la maleta en el metro. Personas que te cuentan sus secretos, necesitados de oídos. Personas que te invitan a lo poco que tienen. Sea lo que sea. Una mujer que le regala una rosa del desierto a una joven, por la conversación. A chicas aceptar con los brazos abiertos a una que anda perdida por el mundo. Una mujer que ayuda a otra salir del metro. Otra mujer, en otro paisaje, que se fía, y deja a su hija en brazos de una desconocida, durante un momento, para ayudar a su pareja. Fe. 

Tiene, si no me equivoco, cierto sentido. Sólo ves aquello que se hace. ¿Para qué voy a explicar, si puedo enseñarlo?


Ana 'Uala'

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